El día de otoño más adecuado para visitar el Monasterio de Piedra en su mayor esplendor de luz, agua y color.
Con ilusión y decididos a pasar un buen día nos dirigimos hacia el Monasterio. Tras la obligada pausa en el camino por fin llegamos en una preciosa mañana de otoño.
La paleta de colores que contemplamos a la llegada fue el mejor de los recibimientos. Iniciamos la marcha a través de los senderos del parque, con el ruido del agua al fondo, hasta que las cascadas comenzaron a aparecer con una abundancia de agua increíble. El Baño de Diana lucía majestuoso y los arroyos aparecían por doquier a nuestro paso acompañándonos todo el recorrido. La bajada por la gruta Iris hasta cruzar la cascada de la Cola de Caballo, por su parte trasera, fue toda una agradable experiencia. Terminamos el paseo bordeando el Lago del Espejo a través del desfiladero que lo enmarca.
Continuamos la visita recorriendo el claustro del Monasterio con todas las dependencias anexas (Refectorio, Museo del Vino etc.) perfectamente restauradas así como la iglesia en la que, los trabajos de consolidación efectuados, permiten apreciar y valorar todo su antiguo esplendor.
Comida de confraternidad para terminar el día en Fuendetodos visitando el museo con grabados de Goya y la casa natal del extraordinario pintor aragonés.
Las máquinas de fotos y móviles de todos los asistentes tomaron nota de cuanto pudimos contemplar ese día. En nuestras retinas y en nuestros recuerdos han quedaron inmersos los detalles de la naturaleza y coloridos de la misma captados.
Una preciosa excursión que tuvimos la suerte de disfrutar.
FOTOGRAFÍAS DE LA EXCURSIÓN (pulsar enlace para ver)
Precioso reportaje, gracias por disfrutar de la excursión sin haber ido. Como siempre vuestros reportajes son inigualables.
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