sábado, 1 de junio de 2024

CRÓNICA VIAJE A CANFRANC, 30 MAYO 2024






Todo llega y por fin, tras 18 meses de gestiones, pudimos hacer realidad el viaje a Canfranc para visitar las instalaciones del LABORATORIO SUBTERRÁNEO y la verdad es que la espera mereció la pena.

Quedamos sorprendidos por la magnitud de los experimentos que allí se desarrollan y la importancia, a nivel mundial, del laboratorio y de lo que en él se experimenta.

BEATRIZ fue nuestra guía por las instalaciones. Mejor guía no creo que pudiéramos encontrar; mostró empatía con el grupo al que dirigía sus informaciones y enseñanzas, con unas grandes dotes de pedagogía. En todo momento comprendimos lo que trataba de transmitir, el relato nos parecía totalmente aceptable para nuestro conocimiento. Aunque al reflexionar posteriormente sobre lo escuchado comprendiéramos que todo aquello está más cerca de la Filosofía que de la Física de la materia tangible, y es que Beatriz nos estuvo informando sobre la “MATERIA OSCURA” (estábamos hablando de la eternidad, del infinito,).

Todo el recorrido transcurrió en galerías excavadas en la roca a 800 metros de profundidad, debajo de la Montaña del Tobazo.

La montaña filtra la radiación cósmica creando el “silencio cósmico” necesario para la investigación de sucesos naturales particulares como son la colisión con un átomo de neutrinos provenientes del cosmos o con partículas de la invisible “materia oscura”.

Además, el LSC cuenta con una Plataforma de Biología creada con el objetivo de alojar experimentos de biología en un entorno de bajo fondo radiactivo. Dicha Plataforma está también equipada con un clinostato para albergar experimentos en condiciones de microgravedad bajo tierra. Se trata de la única instalación, de este tipo, en el mundo.

Actualmente se realizan experimentos, con repercusión planetaria, sobre: MATERIA OSCURA, GEOLOGÍA, NEUTRINOS, BIOLOGÍA, ENERGÍA NUCLEAR, CRIOGENIA…

Después de dos horas y media regresamos al mundo real (menos profundo, más superficial en todos los sentidos) optamos por una actividad más pragmática: dar cuenta de un buen menú en el RESTAURANTE MONTE LIERDE de Villanúa, al final no faltaron algunos chupitos.

Por la tarde nuevamente nos esperaban las entrañas de la tierra: la “CUEVA DE LAS GÜIXAS”. En esta ocasión lo que contemplamos y recorrimos no había sido modelado por la mano del hombre sino que respondía a la labor de las fuerzas de la naturaleza. Esta vez no entramos en el infinito pero también muy lejos, se trata de una gruta surgida en el Cuaternario hace entre 25.000 y 30.000 años.

Una vez de regreso a la atmósfera terrestre tomamos el camino de vuelta a casa en tan buena compañía como habíamos venido: los Antiguos Alumnos de la Universidad de la Experiencia.

El año que viene más y mejor.
































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